UNA CARTA PARA MI AMADO BILL CAPITULO 3
Después de dos semanas, la carta de Bill llego a manos de (tu nombre), y no podía creerlo que estaba leyendo, sintió como su corazón se hizo en pedazos, fue difícil asimilarlo; (tu nombre) se deprimió tanto al saber de la noticia, que el sueño desapareció junto con su apetito, no quería nada, solo lloraba, estaba inconsolable. Los días pasaron y no salía de su habitación, su madre le decía “ no puedes seguir asi, han pasado tantos años y tu vida depende de si el esta bien o no”, realmente le preocupaba (tu nombre), no era la misma desde hace mucho tiempo y cada vez empeoraba. Hasta que una mañana tomo una gran decisión; hizo maletas y partió , tenía que verlo, no podía quedarse así después de saber que aun la ama , no hacer nada era un error. Mientras viajaba pensaba que le diría a Bill, cual seria su reacción, un mar de preguntas surgieron pero ya no era válido dar un paso atrás. Al llegar a Los Ángeles se dio cuenta que seria difícil encontrarlo en una gran ciudad; no conocía a nadie, no sabia a donde ir, todo era tan rápido ahí. Sin rumbo alguno, camino un par de cuadras y entro a una cafetería cerca del parque, tomaba una taza de café, mientras miraba por la ventana, se encontraba asustada, pero lo único que le daba valor era encontrar a ese amor que por mucho tiempo creyó perdido. La tarde cayó y en pocas horas la noche también, busco un lugar donde quedarse y descansar, mañana seria un largo día. Al día siguiente desde muy temprano salió a las calles preguntando a todas las personas que encontraba su paso por Bill, todos respondían lo mismo, “ claro que lo conocemos, pero no vive exactamente en la ciudad, si no en las afueras, pero viene con frecuencia y si pones atención con suerte te lo encuentras “, nadie daba dirección alguna; esto le deprimió un poco, no quería regresar a casa sin haber hablado con el de frente. Así transcurrieron 2 días, sin pista alguna, diario salía a la ciudad observando atentamente a su alrededor, pero nada, sin rastro sin ninguna esperanza. QUIZAS TENIA QUE DEJAR DE BUSCAR Así que….. una tarde, el viento corría frio, Bill había llegado de viaje y quería ir a la ciudad por un par de cosas , subió a su auto y sin pensarlo ocurrió. Se detuvo en un semáforo y vio cruzar a una chica con suéter negro , llevaba el gorro puesto y ocultaba su rostro, pero algo en ella le parecía familiar, un escalofrió corrió por su cuerpo y lentamente continuo sin dejar de observarla, no podía creer lo que veía , es ella? Se preguntó, cada vez esa sensación crecía. El cielo torno gris, la lluvia se aproximaba, la gente corría para ocultarse, ella desaparecía; bajo del auto buscándola desesperadamente, pero se alejaba mas y mas, se escabullía entre la multitud; trato de gritar su nombre pero estaba demasiado lejos, apresuro el paso y se acercaba mas hasta que pareció que la chica escucho unos gritos que la llamaban; se detuvo y Bill también, en ese momento supo que era ella. Bill: ( tu nombre), dijo con voz nerviosa Ella volteo al escuchar a Bill, no podían creerlo, se quedaron paralizados, mientras que la lluvia caía sobre ellos, se miraron fijamente, y los recuerdos corrieron por sus ojos, cuantos años han pasado. Tu: Bill; con voz quebrada |
Ay, se han encontrado... jejejejeje
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